Cuidados clave para proteger la voz en el trabajo
Si trabajas en cualquier profesión donde la voz es tu herramienta principal, estos consejos te ayudarán a mantenerla saludable de por vida.
CUIDADO VOCAL
Los locutores, actores de doblaje y cantantes profesionales contamos con una técnica vocal que nos ayuda a proteger nuestra voz, aunque no estamos exentos de riesgos debido al posible abuso y múltiples factores. Por otro lado, en otras profesiones, como las de docentes, teleoperadores, comerciales, camareros, guías turísticos, abogados, donde la voz es igualmente una herramienta de trabajo, las personas suelen carecer no solo de la técnica adecuada, sino también del conocimiento sobre los hábitos, agentes y factores que pueden perjudicar su salud vocal.
Personalmente, también me dedico a la docencia, impartiendo clases de locución y doblaje, por lo que comprendo perfectamente los desafíos que enfrentan los profesores en cuanto a su salud vocal. Además, siempre me fijo en las voces y, a menudo, percibo en los demás cierta fatiga vocal o posibles patologías, como nódulos. Se puede notar en síntomas como una voz más áspera, débil, opaca, con interrupciones, ronca, soplada, forzada, quiebres, gallitos...
Mi propósito es compartir contigo las claves para tener una voz más saludable, ya que la usamos para comunicarnos tanto en ámbito profesional como en el personal.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que los pliegues vocales están cubiertos por una capa de mucosa, cuya principal función es protegerlos y mantenerlos hidratados, permitiendo así un funcionamiento adecuado al momento de producir la voz. Sin una adecuada hidratación, esa mucosa se reseca e irrita, lo que puede generar fricción y aumentar el riesgo de daño en las cuerdas vocales. Por lo tanto, se dificulta la vibración y afecta a la riqueza de los armónicos. Como consecuencia, la voz puede sonar áspera, apagada o monótona. Además, una vibración menos precisa aumenta el riesgo de sobrecarga y fatiga vocal.
Hidratación: Bebe agua a lo largo del día. Mantener la mucosa de los pliegues vocales hidratada es esencial para que pueda vibrar correctamente y cumplir con su función protectora. Intenta consumir unos 2 litros de agua al día. Cuando respiramos por la boca o hablamos, estamos resecando los pliegues vocales, así que ve dando pequeños sorbos a lo largo de la jornada.
Humectación: Mantén un ambiente húmedo con ayuda de un humidificador, además puedes inhalar vapor caliente (colocando una olla con agua hirviendo, junto con hierbas medicinales, como eucalipto, manzanilla o tomillo) o usar un nebulizador con suero fisiológico (ideal para transportarlo y usarlo en cualquier lugar).
Lubricación: La saliva es excelente para lubricar la garganta. Puedes tomar caramelos balsámicos de miel, jengibre, regaliz, erísimo, tomillo... Personalmente, me encanta chupar y masticar rodajas de jengibre crudo por sus enormes propiedades como antibiótico, antiinflamatorio, antiséptico, expectorante y analgésico, además de mejorar la circulación sanguínea. La pectina de manzana y el aceite de oliva también pueden lubricar la faringe.
Evitar gritar o susurrar: Conviene no forzar la voz. Tan dañino puede ser gritar (lo que conlleva tensión) como abusar del susurro. Hablar a una intensidad y velocidad moderada, junto con un tono medio o medio-grave, evita sobrecargar los pliegues vocales.
Calentamiento vocal: Los ejercicios de calentamiento y enfriamiento vocal no están reservados solo para los profesionales de la voz, como cantantes, locutores o actores de doblaje, en realidad convendría que cualquier persona que tenga un desempeño vocal intenso en su trabajo los hiciera antes y después de su jornada. En el próximo artículo compartiré una sencilla rutina vocal.
Mantener una postura adecuada: Una buena postura, con la espalda recta y los hombros relajados, facilita la respiración, por tanto, la fonación. Evita encorvarte, ya que bloquea el diafragma y tensa la musculatura implicada en la producción vocal.
Evitar ambientes ruidosos: Si es posible, intenta evitar ambientes donde necesites elevar la voz constantemente para ser escuchado. Si esto no es posible, usa un micrófono para facilitar la comunicación sin forzar la voz.
Descansar la voz: Da descansos regulares a tu voz durante el día, especialmente si pasas mucho tiempo hablando o cantando. Evita hablar en exceso y sin pausas. Como pauta, las sesiones de voz cantada no conviene que sean superiores a dos horas, en el caso de la voz hablada el límite está en cuatro horas diarias. No obstante, es mucho mejor establecer descansos cada cierto tiempo para irse recuperando. Si en el trabajo tenemos que hablar bastante, lo ideal sería guardar silencio, en la medida de lo posible, el resto del día. La clave es escuchar al cuerpo, ya que hay múltiples factores que influyen.
No fumar y evitar el alcohol: El tabaco y el alcohol resecan los pliegues vocales y la garganta, lo que puede causar fatiga vocal, irritación y mayor riesgo de problemas como ronquera o laringitis. Además, debilitan el sistema inmunológico y aumentan el riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Respiración funcional: Activar el diafragma y el core permite un flujo de aire constante y controlado, lo cual hace que tu voz sea más fuerte, estable y menos propensa al sobreesfuerzo o a la fatiga. El habla será eficiente y fluida, libre de tensiones.
Cuidar el ambiente: Mantén un ambiente bien ventilado y libre de contaminantes que irriten tus vías respiratorias, como incienso, velas perfumadas de parafina, ambientadores, lejía, amoniaco, quitaesmaltes o esmaltes de uñas... Si trabajas en un espacio cerrado, asegúrate de que haya suficiente aire fresco y considera usar un humidificador con aceites esenciales.
Más allá del autocuidado, sería recomendable contar con una buena técnica vocal para impostar y proyectar la voz sin esfuerzo ni daño. Cuando dominas la técnica, puedes:
🔹Usar el apoyo diafragmático, en lugar de forzar la garganta. 🔹Controlar la respiración para sostener frases largas sin quedarte sin aire.
🔹Maximizar la resonancia, aprovechando los espacios naturales del cuerpo para amplificar el sonido sin tensión.
🔹Evitar la fatiga vocal y prevenir disfonías o lesiones en los pliegues vocales.
Tener una buena técnica es lo que diferencia una voz potente, clara y saludable de una que se desgasta rápidamente.
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